LOS INVENTARIOS ARQUEOLÓGICOS: DESCUBRIENDO EL PATRIMONIO
Los primeros inventarios en Las Cañadas se hicieron en 1982, aunque es en la década de los noventa cuando se puso en marcha un proyecto estable de colaboración entre la Universidad de La Laguna - con el entonces Departamento de Prehistoria, Antropología e Historia Antigua- y la Administración del Parque Nacional para la elaboración de la Carta Arqueológica. Esta colaboración se ha mantenido hasta la actualidad, siendo la profesora Matilde Arnay de la Rosa la coordinadora de los distintos trabajos realizados.
Los inventarios arqueológicos han sido de gran importancia para el conocimiento arqueológico de Las Cañadas del Teide. Con sus elaboraciones se ha cumplido, además, con el compromiso adquirido desde la creación del Parque Nacional del Teide, en 1954, de favorecer la protección y conservación de sus recursos arqueológicos e impulsar los trabajos de inventario y cartas patrimoniales.
Un inventario arqueológico es un potente instrumento de gestión: analiza y expone el valor objetivo de los bienes patrimoniales, las medidas de protección, las potencialidades de determinadas zonas, los factores de riesgo etc. En suma, proporciona los datos que son fundamentales para ordenar y planificar los recursos arqueológicos. Dentro de la política de planificación y gestión de espacios protegidos, como el Parque Nacional del Teide, es evidente que el inventario de sus recursos arqueológicos ocupa una tarea primordial.
El impulso definitivo para la elaboración de inventarios arqueológicos en España vino con su reestructuración territorial y la creación del Estado de las Autonomías. Las Comunidades Autónomas, que tendrán la competencia para ejecutar lo dispuesto en la nueva Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985, van a desarrollar una intensa política en la gestión de su patrimonio arqueológico. Al igual que ocurrió en el resto del territorio español, cuando se realizaron las transferencias en materia de patrimonio histórico a la Comunidad Autónoma de Canarias, el gobierno asumió el compromiso de elaborar inventarios arqueológicos a fin de gestionar el patrimonio transferido. El punto de partida fue en 1987 con el Inventario de las Canarias Occidentales (IPACO), dirigido por J. Francisco Navarro Mederos. En el marco de estos trabajos se generó la formación de criterios unificados de actuación, tanto en los objetivos como en la metodología del trabajo de campo, que se han seguido en la realización de los inventarios del PNT con las modificaciones pertinentes adaptadas a este espacio natural de máxima protección.
Desde el inicio los inventarios del PNT han incluido la catalogación de los yacimientos vinculados con el mundo aborigen y también los “históricos”, es decir, las evidencias arqueológicas derivadas de los distintos aprovechamientos tradicionales que después de la conquista se llevaron a cabo en la alta montaña de Tenerife.
Los trabajos se han realizado en varias etapas sucesivas, cubriendo por fases las diferentes áreas geográficas del PNT, incorporando en los últimos años las zonas de ampliación de los límites del Parque, así como los espacios circundantes a la red de senderos actuales.
Si bien se cuenta, gracias a estos inventarios, con un extenso catálogo de yacimientos arqueológicos y se conoce su distribución espacial en el Parque Nacional del Teide, existen todavía muchas lagunas en el conocimiento de la evolución histórica de su ocupación humana. Por eso los nuevos proyectos de investigación en marcha han hecho énfasis en un programa de excavaciones arqueológicos en yacimientos significativos de distintas características para profundizar en el estudio diacrónico, a lo largo del tiempo del poblamiento de Las Cañadas.